-Hágame el favor de hacerle pasar-.
-Buenas, póngase cómodo. ¿Le informaron a usted del puesto al que
aspira?
-Si, tengo algunas referencias.
Es lo que me animó a venir hasta aquí.
- Mocosverdes International tiene un volumen de negocio bastante
amplio. Operamos, además del nuestro, en varios países del este y en el África
occidental, ya sabe, Senegal, Cabo Verde, las dos Guineas… Queremos extender
nuestro mercado hacia otros territorios, países emergentes como el Brasil, la China
y por supuesto, introducir nuestras novedades en el cine del gigante Indú. De
sobra es conocido en qué estamos especializados, lo nuestro, señor mío, es el Espacio.
Mi pregunta es la siguiente: ¿qué nos
puede ofrecer? En fin, me interesa, es curioso lo que dice su currículum, según
he entendido… viene de otro planeta.
- Si, es correcto. No se equivoca
usted. Si bien, he creído conveniente no señalarlo puesto que, según me han
hecho saber, mi planeta no viene registrado en sus guías de viaje. Hubiese sido
por mi parte una incorrección haber rellenado dicha casilla sin una explicación
objetiva.
- De acuerdo, su lugar de
nacimiento en estos casos no suele ser relevante. Lo que a mí me interesa es,
dígamelo con total sinceridad, qué puede aportar a nuestra empresa. Su currículum,
en este sentido, no esclarece del todo su experiencia. Dice que sus visitas a
la Tierra comprende el período que va del año 48 al 62. En base a esto, qué
tiene que decir.
- Bueno, mi experiencia en el
mundo del cine se reduce al visionado de varias películas de la época.
Mencionar, por destacar algunas, Destination Moon, Conquest of Space, The Angry
Red Planet, The terror From Beyong Space... Se las digo a usted en su idioma
original ya que estuve destinado allá, en los Estados Unidos. Quiero decir, lo
que puedo aportar es mucho. Advertí que ustedes, los sin pelo -perdón, es así como se les conoce en toda la Galaxia-, decía que advertí que no estaban del todo acertados a la hora de representar la
sociedad universal de la época. Yo, humilde admirador de aquel cine y en especial del género que nos ocupa, ya entonces tuve la tentación de, algún día,
aportar mis conocimientos para corregir tanto error, y fomentar así la
producción de films de corte realista, con carácter social, sobre el Espacio.
- ¿Y qué le ha hecho esperar
sesenta años para decidirse a tal empresa?
- Señor, le explico. Después de ochenta años dedicados
al estudio de campo del Cosmos, mi
empresa ha decidido prescindir de mis servicios, alegando que se veían
obligados a reducir la plantilla debido a previsiones futuras de pérdidas en
todas sus sucursales. ¡Futuras pérdidas! Tiene gracia, ¿verdad? Desde que
inventaron la dichosa máquina del tiempo no cejan de despedir a honrados trabajadores
como yo, con más de ochenta años de experiencia, en base a que han visto que el
futuro está muy negro.
- Me conmueve su historia, señor.
Si bien tengo que darle malas noticias. Aquí, en nuestra compañía, nos
dedicamos íntegramente al cine “Fantástico”, y subrayo esto último, Fantástico.
La gente, y usted estará enterado de la situación, no está para cine realista
interestelar. Vuelve lo clásico, ya sabe, bichos verdes, platillos volantes, el
rayo láser… En definitiva, cine de evasión. Lo siento, tengo en consideración
sus buenas intenciones. Lo emplazo a que vuelva dentro de unos años con su currículum
actualizado, por si la situación es propensa a sus innovaciones. Es una pena,
pero me temo que aún no estamos preparados.
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